Spoiler: Si, hay formas de reciclar mal y es mas común de lo que pensamos en Ecuador
En teoría, reciclar residuos electrónicos debería ser una buena práctica ambiental. Pero en la práctica, muchas de las acciones que se hacen en nombre del reciclaje terminan siendo ilegales, contaminantes o simplemente inútiles.
Y lo peor: dan la falsa sensación de estar haciendo las cosas bien.
El reciclaje de e-waste no es como reciclar papel o plástico. Estos residuos tienen componentes peligrosos, métodos técnicos para separar los materiales y un proceso de gestión que requiere conocimiento, permisos y responsabilidad. Por eso, no basta con “entregarle a alguien que lo recoge”. Saber cómo y a quién se entrega importa, y mucho.
Como saber si estas reciclando mal tu e-waste? (aunque suenen bien)
Si alguna de estas situaciones ocurre en tu empresa, es momento de revisar tu gestión de residuos electrónicos:
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- Tu reciclador no garantiza la destrucción de datos.
Si entregas computadores, discos duros o servidores y tu proveedor no ofrece procesos certificados de borrado o destrucción de información, estás asumiendo riesgos graves de seguridad. - Esperas que te paguen por tus residuos electrónicos
Si tu política depende de recibir dinero a cambio del e-waste, terminaras entregándolo a intermediarios informales que se enfocan únicamente en lo que tienen valor económico - Confundes reciclaje formal con reventa o “donación sin control”
Vender, regalar o donar equipos sin asegurar su tratamiento final puede terminar con tus activos en un basural o contaminando el ambiente. - No sabes a dónde van tus residuos
Si no puedes responder con claridad en qué planta y como se procesarán los residuos que entregaste, no estás cumpliendo con una gestión responsable. - Tu proveedor no tiene licencias ni informes.
Si no puedes verificar las licencias ambientales del reciclador o si los permisos corresponden a otro tipo de residuos como chatarra o plástico en lugar de residuos peligrosos, probablemente estás trabajando con un operador no autorizado.
- Tu reciclador no garantiza la destrucción de datos.
El problema de fondo es pensar que con sacar el residuo de la bodega ya se cumplió. Pero si termina desmantelado a mano en un patio trasero, chatarrizado, exportado de forma ilegal, o quemado para recuperar metales, el daño ambiental y social puede ser enorme.
Las consecuencias de hacerlo mal
Reciclar mal residuos electrónicos tiene efectos reales.
- Puede generar contaminación por plomo, mercurio o cadmio.
- Puede dañar comunidades vulnerables, como recicladores de base, que terminan expuestas a materiales peligrosos.
- Puede convertir una buena intención en un riesgo reputacional para una empresa.
- Y puede alimentar un mercado informal que evita la transición hacia una economía circular técnica y responsable
Además, desde el punto de vista legal, muchas normativas ambientales exigen demostrar trazabilidad y cumplimiento técnico. Entregar los residuos sin comprobar su destino final puede convertirse en una falta.
¿Y si soy una empresa?
Entonces la responsabilidad es aún mayor. El e-waste forma parte de tu operación y de tu impacto ambiental, incluso si se trata de equipos arrendados o gestionados por un proveedor. No puedes dejar su tratamiento al azar.
Tu empresa debería integrar estos residuos en sus planes de gestión ambiental, asegurarse de que los proveedores sean formales y exigentes, y contar con registros claros sobre qué pasa con cada equipo retirado. Recuerda: si algo sale mal, el público no va a preguntarse si el residuo era tuyo legalmente. Va a mirar tu marca.
Pero qué significa reciclar bien?
Reciclar bien RAEE significa entregarlo a un gestor autorizado que garantice su destrucción técnica y segura, tratamiento responsable de TODAS las fracciones y trazabilidad de TODOS los materiales. No es simplemente separar el material y vender lo que se pueda aprovechar. Es desmontar de forma controlada, separar componentes con plomo, cadmio, mercurio, retirar baterías, extraer gases o sustancias peligrosas, y dar un tratamiento técnico y muchas veces costoso a lo que no se puede recuperar
Reciclar bien tiene señales claras:
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El gestor tiene permisos y certificados vigentes.
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Se entrega un manifiesto o comprobante de recepción.
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El proceso incluye separación, tratamiento y disposición final.
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Hay evidencia del destino final de los materiales no valorizables.
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Existe documentación disponible si una auditoría o cliente la solicita.
Si el reciclador solo retira los residuos y desaparece, sin entregar constancia de nada, es probable que no estés reciclando, sino trasladando el problema a otro lado. Todo esto debe estar documentado.
Un Gestor serio puede demostrar qué pasa con los residuos, qué porcentaje se valorizó, qué se desechó y cómo se hizo. Eso es trazabilidad. Y sin eso, no hay reciclaje responsable.
El reciclaje responsable no es opcional
Reciclar mal no solo anula los beneficios del reciclaje: los revierte. Por eso, si vas a hacerlo, hazlo bien. Verifica, exige y registra. Porque en residuos electrónicos, no todo lo que brilla es oro, y no todo lo que se recicla, se recicla bien.
