Gobiernos alrededor del mundo están desarrollando políticas que integren la economía circular en las actividades económicas de los países. El objetivo es abandonar el modelo de producir, usar y descartar, por un modelo que extienda el ciclo de vida de los recursos, a través del reuso, reparación y reciclaje de los mismos.
Reciclar implica el utilizar un material en la fabricación de un producto nuevo, evitando así el uso de nuevos recursos naturales, haciendo que ese material sea útil durante mayor tiempo en lugar de ser desechado. En el caso del ewaste, es importante la diferencia entre un proceso de reciclaje adecuado versus un proceso informal
Los residuos electrónicos, tienen en su composición una gran cantidad de metales pesados como Plomo, Mercurio, Arsénico, Cadmio, Níquel y sustancias toxicas que requieren un tratamiento especializado para neutralizar su toxicidad y evitar que contaminen el ambiente. Estos metales pesados están presentes sobre todo en pantallas y monitores, baterías y circuitos electrónicos.
A la vez, estos residuos tienen materiales valiosos como aluminio, cobre, plata, oro y otros metales. Esto hace que muchos chatarreros y recicladores informales los busquen para lograr obtener estos metales para su venta. Pero, ¿qué pasa con todo el resto de los materiales? estos componentes peligrosos son abandonados en quebradas, botados en ríos o enterrados, ocasionando un fuerte daño ambiental al contaminar las fuentes de agua de uso humano y agrícola, o contaminar el aire si son quemados como los plásticos y cables.
Las alternativas responsables
El tratamiento tecnificado y formal de residuos electrónicos se enfoca en los componentes peligrosos, aquellos que no tienen valor comercial y que requieren procesos de inertización o confinamiento que neutralicen su toxicidad. Este tratamiento formal es realizado por personal altamente calificado en la identificación y manejo de los distintos materiales; y equipamiento para el manejo sin causar daños a la salud.
A pesar de que entregar sus residuos electrónicos a un reciclador informal o chatarrero puede parecer una opción amigable con el ambiente, e inclusive puede tener un beneficio económico; el daño ambiental que estamos promoviendo y las afectaciones a la salud que les causaremos a estas personas al exponerlas a condiciones de trabajo precarias y peligrosas, son incalculables e irreparables.
Un consumidor responsable se asegura de entregar sus residuos a empresas que tengan la experiencia y calificación para darles tratamiento de una forma social y ambientalmente responsable, de lo contrario, nuestros esfuerzos por reciclar están tienen el efecto contrario, promoviendo la contaminación ambiental.